En Argentina la cobertura de salud presenta grandes desigualdades

En un nuevo encuentro del seminario Historia del Pensamiento Económico Argentino, el especialista en finanzas públicas Oscar Cetrángolo diseccionó los desequilibrios que genera el modelo de seguridad social vigente en nuestro país.

19-07-2021

El sistema de seguridad social en Argentina representa un caso sui generis que no existe en ningún otro lugar del mundo y en el que persisten fuertes inequidades. Así lo evaluó el especialista en finanzas públicas, Oscar Cetrángolo, invitado a disertar en el seminario Historia del Pensamiento Económico Argentino organizado por el Centro de Investigación y Docencia en Economía para el Desarrollo de la UNTREF y el Instituto de Investigación en Economía Política del CONICET y la UBA.

De acuerdo al experto, el modelo de nuestro país tiene una debilidad de raíz que es el modo en que se articula con las obras sociales. “Uno estaba obligado a tener una cobertura en una determinada obra social por su gremio, y eso ya empieza a ser algo extraño para la discusión de salud que se da en el mundo. Pero lo más extraño es que la cobertura que lograba cada trabajador tenía que ver con el salario medio de su gremio”, ilustró el académico. Cetrángolo señaló que el sistema de seguridad social en Argentina se armó de tal manera que promovió las inequidades.

“Era un seguro donde la cobertura de cada uno dependía de su gremio, entonces la de los bancarios era mejor que la de los metalúrgicos, la de los metalúrgicos mejor que la de los de la construcción. Esto es algo que no encontré en ningún otro país, y que se fue consolidando acá”, continúo. Para el profesor titular de la UBA y director de su Licenciatura en Economía, en Argentina la cobertura de salud está fragmentada. Cetrángolo describió que la población está segmentada en tres: la formal, que es la mitad; la población sin seguridad social porque tienen ingresos altos y se la pagan de su propio bolsillo; y los desocupados y la población informal.

El especialista también se refirió a las consecuencias de esa segmentación. “La fragmentación estaba en quienes tenían algo más que el sector público o no. Argentina es un caso extremo, eso generó ineficiencia en la medida en que no todos tenían seguridad social y se duplicaban los servicios”, indicó. Cetrángolo dedicó una parte de su exposición a la reforma de las obras sociales implementada durante el gobierno de Carlos Menem. “Lo que decidió la reforma de 1994 es que cada uno se lleve su aporte a la obra social que quiere, con lo cual si la seguridad social era fragmentada a partir de ahí dejó de ser seguridad social”, sentenció.

Asimismo, dijo que a partir del 2000 el panorama empeoró, ya que cada trabajador podía usar su aporte obligatorio como forma de pago de una prepaga. “Este es el colmo de la inequidad, y el sistema entonces va terminando con esta forma, que es lo más parecido al sistema americano preClinton, donde cada uno tiene la cobertura que puede pagar”, argumentó.

Por otro lado, remarcó que el modelo argentino es muy sensible a las crisis macroeconómicas. Cetrángolo especificó que cuando se desata una crisis de este tipo, con un sistema financiado así, hay una caída del empleo formal, de los ingresos reales de los sectores que pueden pagar, del salario y del financiamiento de la seguridad social. “Todo eso va a una mayor demanda sobre el sector público, pero además con una nueva restricción fiscal, porque aparte de que tenés que atender más tenés menos recaudación de impuestos para financiar”, graficó.

Según él, además de todos los problemas internos que ya tiene, el sistema argentino es “terriblemente procíclico, como lo estamos viendo hoy, que cada vez que aparece una crisis de este tipo tenemos colas de empresas y sindicatos pidiendo asistencia al gobierno”. También comentó que, a diferencia de Argentina, las reformas en el área de salud impulsadas en otros países de la región estuvieron enfocadas en poder mejorar la equidad. “El caso uruguayo es el más claro, donde el gobierno lo que hace es financiar un seguro público para aquellos que no tienen seguro contributivo y van metiéndole recursos de tal manera de equiparar coberturas. Colombia lo está tratando de hacer, es el camino de reformas más claro”, agregó. Finalmente, destacó que para emprender las transformaciones necesarias en nuestro país es fundamental el trabajo interdisciplinario entre médicos y economistas y contar con información actualizada.

En su opinión, es necesario afianzar el papel de los economistas de salud en las propuestas de reforma porque hay muchas falencias en la comprensión de las dificultades del sistema argentino. Además, consideró que esa ignorancia deriva en propuestas ingenuas como querer tener un sistema nacional sin saber de qué se trata ni cómo llegar a él. “Estas propuestas generales lo que hacen es no cambiar nada, es una especie de gatopardismo donde los que ganan son los grupos de presión. Acá estamos hablando de la vida de las personas, pero son 10 puntos de producto gastados en un sector que no está regulado y en el que las rentas innovativas y monopólicas son extraordinarias”, concluyó.